Ya te hablamos en su día de las propiedades de las semillas, de sus beneficios para la salud, su apoyo incondicional en dietas de control de peso y de cómo poco a poco se van a haciendo un hueco en nuestro día a día. Te hablamos de las más conocidas pero la verdad es que la lista es difícil reducirla debido a la popularidad que van adquiriendo día tras día.
Hoy queremos hablarte de las semillas de amaranto, que a pesar de ser un alimento muy usado en Sudamérica, en España no solemos escucharlo mucho.
Las semillas de amaranto se consideran pseudocereales, ya que a pesar de no ser un cereal en sí mismo, contiene características similares a ellos; aunque es cierto que su contenido proteico se asemeja más a las legumbres. Al consumir esta semilla estarás aportando casi todos los aminoácidos esenciales para el organismo con excepción de la leucina. Su contenido en grasa se distribuye prácticamente en su totalidad en ácido oleico y ácido linoléico, ambos beneficiosos para los vasos sanguíneos y el corazón, ya que ayudan a mantener el colesterol a raya. Contiene un porcentaje considerable de fibra, una gran cantidad de minerales, como calcio, potasio, fósforo o magnesio. Aporta una baraja de vitaminas del grupo B y de antioxidantes.
De todo esto, deducimos las ventajas de este alimento. Es un opción magnífica si eres de los que necesita tomar más proteínas vegetales. Como te hemos comentado, su alto contenido en “grasas buenas”, en fibra y en fitoesteroles colaborarán a mantener la salud cardiovascular. Su alto contenido en fibra controlará tu ansiedad si entre comidas te entra una crisis de hambre.
Además, lo que más nos gusta de este tipo de alimentos es la variedad que puede darle a tu alimentación, introduciendo en tu dieta algo sano que aporta numerosos beneficios.
Debido a sus características en cocina puedes usarlo de forma similar al arroz, así que tienes un amplio abanico de posibilidades para combinarlo.